Nuestra estética tiene mucho que ver con nuestro nivel de autoestima. Cuando nos ponemos ese vestido o camiseta con los que captamos todas las miradas nos sentimos como si nos comiéramos el mundo. Nada es imposible, tenemos fuerza para todo.
Para sentirnos así muchas veces necesitamos también sentirnos a gusto con nuestro pecho, símbolo de feminidad y clave de las curvas de la mujer. Y la mayoría de nosotras mejoraría su busto. Lo vemos muy pequeño, demasiado grande, un poco caído, demasiado separado… Todas encontramos ‘peros’ y desearíamos mejorarlo.
Las chicas con mucho pecho envidian a las que tienen menos porque pueden ir sin sujetador, con camisetas escotadas y espaldas al descubierto. Las que tienen poco quisieran poder llevar ropa ajustada y lucir un busto más grande. Cuesta encontrarse a gusto con lo que tenemos.
Y, por si ya fuera poco, la cultura, las actrices, las fotografías de modelos nos hacen sentir inseguras porque suelen tener un pecho perfecto: famosas medidas 90-60-90 con busto redondo, tonificado y alto. ¡Pues ya es hora de ver la realidad! La mayoría de esas imágenes están retocadas para cumplir con los cánones de belleza que la sociedad impone, cuando no se trata de senos de quirófano.
A algunas modelos les aumentan la talla de pecho, a otras se lo suben… y a nosotras ¡no nos pueden bajar la autoestima! Porque nosotras somos mujeres reales.
Siéntete a gusto con tu pecho
Aprender a sentirnos a gusto con nuestro cuerpo, sea cuál sea nuestra talla de sujetador, implica un cambio de mentalidad. Para ello, debemos:
- Reflexionar sobre cómo son unos pechos reales. Son muchísimas las mujeres que tienen un pecho casi plano o que, por efecto del paso del tiempo, se muestra caído. Otras tienen pezones desproporcionados, incluso uno más oscuro que el otro. En una misma mujer, la medida o altura entre los pechos puede no ser igual. En definitiva, la imagen que tenemos del pecho de la mujer no es la realidad. Las mujeres de verdad no somos actrices ni modelos, ni estamos retocadas con o sin bisturí. Lo natural es lo más bonito, porque es único.
- Evitar comparaciones. A no ser que tengamos a una hermana gemela, nunca he entendido la tendencia a comparar nuestro busto con el de otra mujer. Deja de compararte, porque eres única y eso no tiene precio.
- Qué es lo que más te gusta de tu cuerpo. Quizá el pecho no es lo mejor que tienes, pero ¿qué hay de tus hombros, las piernas, el cabello, las manos, los ojos….? No te centres en lo que no te gusta y haz que resalte lo mejor de ti: prendas de ropa que realzan tus mejores cualidades y te hacen sentir guapísima.
- Renueva tus sujetadores. Llevamos tanto tiempo comprando sujetadores bonitos o que tiene una amiga y le sientan genial, o que vimos en un catálogo y eran monísimos, que la mayoría del nuestro cajón de ropa interior está lleno de cosas poco prácticas y que no nos sientan como deberían. Haz un repaso, descarta los que no te sienten bien y apuesta por lo adecuado: modelos con relleno y realce para pechos pequeños, o sujetadores estilo deportivo para pechos demasiado grandes.
Cuídate como te mereces
Está claro que un cuerpo bonito y sano esconde una estrategia más allá de convencerse a una misma de que tiene una figura estupenda. Nadie, repito, nadie nace con un cuerpo perfecto y menos aún lo mantiene a lo largo de su vida sin dedicarle tiempo.
Una dieta sana y equilibrada es básica, así como un poco de ejercicio físico. Y beber mucho agua (en especial en verano) para evitar la deshidratación que provoca que nuestra piel se vea apagada, arrugada y sin vida. Es mejor prevenir la deshidratación, porque recuperar el aspecto de la piel es más difícil.
En cuanto al pecho, haz lo posible para mejorar lo que no te gusta. Dejando de lado métodos como el quirófano, hay opciones naturales:
- Si tenemos el pecho grande y nos queremos adelgazar, esa es la mejor manera de conseguir una talla mediana proporcional a nuestra figura.
- Para subir el pecho y evitar su descolgamiento, qué mejor que reforzar la musculatura o utilizar cremas específicas para el busto como Brestrogen, que lo reafirman y dejan la piel suave.
- Escoge las prendas de ropa que te favorecen, las que sacan a relucir tus cualidades y esconden lo que menos te gusta. Por ejemplo, una Buena alternativa para pechos pequeños es utilizar pañuelos y bufandas a conjunto con la ropa. Para los grandes, elije tops lisos de colores oscuros.
Ya hay suficientes cosas de las que preocuparse como para que nuestro pecho sea una más. Aprende a valorarte, con tus múltiples cualidades, y despreocúpate de la talla de tu pecho poniendo en práctica estos trucos. Cuando nos sentimos seguras, ganamos en autoestima y confianza y, la verdad… ¿quién se puede resistir a una mujer que se siente guapa?